Música Maestro!!!

WOW!!!


Preludio: Esta entrada la escribí hace un mes aproximadamente, guardada en mi ya abarrotado "cajón borrador"... decido hoy ponerla a la luz..... No es por nada especial,, tan solo por que aunque anacrónica ya, creo que merece la pena.



Con el comienzo del verano llegan de nuevo los conciertos, así pues este domingo decidí acudir a uno de los cientos, tal vez miles, que se celebran por estos lares. No es que fuera un concierto especial, ni tan siquiera de algún grupo o músico conocido, tan solo un evento de entretenimiento para un domingo mañanero con el fin de romper la rutina.




Así pues pasadas las 11 de la mañana desprovisto de mi habitual atuendo domingero, y cual caballero de rojas vermudas, baje las enroscadas escaleras luciendo del brazo a la Dama Blanca. A nuestro lento paso le acompañaban los acordes de un adagio, sutil, barroco, y no exento de la ternura que el maestro Pachelbel supo regalarnos.




La Dama de riguroso blanco como corresponde a una matiné, luciendo sonrisa al verse acompañada del más apuesto joven, o al menos eso piensa ella, hace presencia en salón buscado asiento. Un galán con smokin franela (un poco caluroso para la época, y demasiado relavado) se pone en pié para cederle asiento, ella lo niega, el insiste, y ella acepta. El despistado escudero de cabellos desaliñados, queda detrás, escuchando la aria de Amelí en "un ballo in maschera"que entona con gran dedicación la soprano acompañada de violín, viola y chelo. Observa la estancia una joven que luce reciente tatuaje a boli Bic en su brazo convertido en estatua de Lladró, recuerdo peremne de su joven amor, rápido de puño, torpe de frenos y mal equilibrista que dejó caer su preciado paquete al asfalto.



El peculiar cuarteto orquesta con el mismo ánimo, cadentes adagios, populosos ritmos de los "beatles", archiconocidas melodías de los panchos o sones que evocan a anuncios de cava.



Termina el concierto, no hay bises. Se retira la sonriente diva entre los aplausos de la niña caída, del señor enfranelado, de la Dama Blanca, de la anciana sorda y el callado llanto del bebe que no ha parado de jugar. Público circunstancial, que mientras escuchaba, soñaba en el mar, en el campo, en una terraza... o sencillamente en no estar hay.



Música a su salud!!!

Un besote.

P.D. dedicado por supuesto a la Dama de Blanco